Una vez mas nuestra infancia tiene un papel importante en el tema de agresión en nuestra vida, ya sea que seamos agresores, agredidos o víctimas.
Te invito a reflexionar ¿cómo fue tu infancia? te sentiste querido(a)?, que recuerdos tienes de tu primer infancia, guardería o preescolar? y valdría la pena aprovechar este espacio para reflexionar u observar cómo es o fue la infancia en nuestros hijos(as) ?¿crees que se sintieron queridos(as)?
En la infancia desarrollamos el manejo de la frustración.
Seguramente has observado personas que utilizan señas o maltratan de manera verbal incluso durante la adolescencia podemos observar dicha conducta más marcada.
Cuando una persona agrede de alguna manera, física, verbal o psicológicamente (con descalificación o criticas destructivas por ejemplo), estamos hablando de que dicha persona sea de la edad que sea, necesita intimidar por algún motivo.
También puede ser una necesidad de controlar, en adultos podemos observar en algunas relaciones entre parejas o tal vez te ha tocado vivir una situación en donde el control y agresión están presentes.
El agresor pareciera enojado con la vida y definitivamente creo que así lo es.
Todos tenemos una parte agresiva que es la que nos sirve para sobrevivir, sin embargo si en la vida de niños y niñas está presente la agresión, por ejemplo el bullying en escuela o una familia en donde constantemente se manifestaba algún tipo de agresión, lo más probable es que ese pequeño crecerá con un sentido de desvalorización, estrés constante que también puede desencadenar una conducta agresiva en cualquier etapa de su vida.
Entonces es importante “Predicar con el ejemplo” la agresividad se contagia.
En este punto es muy probable que identifiques ciertos momentos en los que has vivido algún tipo de agresión o tal vez has sido observador de alguna situación violenta.
¿Qué puedo hacer como papá o mamá para poner un alto a situaciones violentas en casa o entornos de mis hijos(as)?
Haz un alto y revisa tu entorno, en caso de que sientas que tu entorno tiene violencia o incluso a subido el nivel de violencia y dicha situación ha desatado reacciones violentas de tu parte, será importante identificar ¿qué ha cambiado?, revisa tus hábitos alimenticios, por ejemplo consumo0 de alcohol (el alcohol se asocia a conductas agresivas), ¿como esta tu digestión, manifiestas inflamación e incomodidad intestinal?, es un factor que produce agotamiento y estados de ánimo irritables. ¿Cómo estás durmiendo?, ¿realizas ejercicio regularmente ?.
Cuando sientas que pierdes el control, es importante pedir ayuda, o en el caso de un hijo(a) que no muestra control es decir no se frena y pega o agrede de alguna manera es mejor pedir ayuda de un profesional.
Por otra parte como papás sabemos que nuestros hijos e hijas pueden experimentar o enfrentarse a alguna situación de bullying.
Como especialista en temas de educación desde hace más de 20 años, me encuentro en contacto con diferentes generaciones y observo a lo largo del paso del tiempo cambios constantes en los niños y niñas así como en las escuelas, quienes frecuentemente intentan prepararse para enfrentar esta situación, cada vez más frecuente en diferentes niveles educativos, lamentablemente. Sin embargo existen muchos factores que creo que muy a menudo se pasan por alto y lamentablemente la situación de agresión continua.
Hablaré de la agresión en entornos escolares, existimos diversidad de personas con diversas personalidades, dependiendo de nuestra historia de vida, creencias adquiridas, conductas aprendidas, ambiente, será la personalidad que manifestemos en determinada edad.
Existen personas que buscan el punto débil de alguien, dicha necesidad puede desencadenar una situación de bullying, si llegan juntarse dos o más personas con esta característica de búsqueda de puntos débiles, entonces pueden ser varios agresores contra una sola persona.
¿Será posible hablar de niveles de agresión?, será entonces que para desarrollar tolerancia debemos ser constantemente agredidos?, antes de responder te pido que observes la imagen siguiente:
¿Qué sentiste?, ¿que piensas de la imagen?, ¿que sensaciones manifiesta tu cuerpo?
y ¿si tu hijo(a) fuera el chico agredido?, ¿cambia tu sentir?, ¿qué manifiesta tu cuerpo? , ¿se tensionó alguna parte?, ¿cómo estas respirando?
Y ¿si tu hijo fuera el que agrede, ya sea grabando u agrediendo físicamente?, ¿qué sensaciones experimentas?
Como he mencionado en otros artículos es en la primera infancia en donde se desarrolla la empatía y es una característica “humana”.
Definitivamente los chicos y chicas que agreden buscan una salida a su situación incomoda, seguramente tienen un gran sentido de desvalorización. De igual manera el que sufre la agresión y la permite sin duda también tiene un gran sentido de desvalorización y seguramente en algún momento generará algún tipo de agresión hacia alguien.
Mi propósito es sensibilizar acerca del tema a mis lectores y ojalá que todos podamos sacar lo mejor de nosotros ante una situación o experiencia de bullying ya sea como agresores, víctimas u observadores.
Al final de cuentas podemos general un mundo cada vez con más personas enojadas con la vida o un mundo con más empatía y respeto.
Si has sido víctima de bullying o alguna agresión, recuerda quien eres, reconócete como ser digno de amor, si tuviste la dicha de tener una infancia sostenida desde el amor, busca en tus recuerdos de maternal o preescolar, recuerda tu escuela, que te hacia reír?, tus maestras como te arropaban con su mirada y sonrisa, si fuiste mi alumno recuerda tu lista de la felicidad y sigue escribiendo en ella.
La experiencia desagradable que viviste no marcará tu esencia, recuerda que estamos cambiando constantemente y ya no eres el mismo o la misma que cuando iniciaste esta lectura.
Para padres de familia recomiendo preguntar a la escuela acerca de protocolos de todo tipo, así podrán tener la información necesaria y valorar si es el plantel que desean para compartir la labor de educar a sus hijos(as).
La confianza con tu hijo es clave y se comienza a formar desde pequeños(as), si quieres que se comunique, comunica tu también, escucha, sin juicios y desde una crianza amorosa y con límites claros y consecuencias establecidas que le permitan sentirse responsable de sus actos.
Evita criticar a tu hijo(a), mejor da opciones si quieres que logre algo, por ejemplo si no hizo la cama como a ti te gusta o de manera que consideras correcta, entonces inicia por reconocer que tuvo la intensión y enséñale a hacer una cama correctamente sin críticas.
La crítica habla del respeto que tenemos hacia nuestros hijos(as).
En un entorno amoroso y respetuoso tu hijo(a) sabrá cómo actuar ante una situación de agresión.
Tú decides!!!
L.P.E. Arianne Shurave Jiménez